jueves, junio 29

Almeria in Hamburg

Si tengo experiencias no tengo tiempo para escribir y si tengo tiempo, no hay nada que contar xD. Lo siento.

Mis dos piezas vinieron a verme hace cuestión de un mes. Llegué al aeropuerto puntualmente a recogerlos, y emocionado, con dos lágrimas como kiwis de pensar en que después de 4 meses vería a alguien familiar de nuevo me quedé esperandolos en la puertecita de salida. Al cabo de media hora larga de espera, las lágrimas se habían resecado y ya había gente preguntando si habían puesto un bar dentro de la terminal porque de allí no salía nadie…

Después de los normales comentarios y expresiones de alegría (ej: “capullos, donde coño os habíais metido? Habeis vuelto a por las maletas a pata o qué?”) salimos para la resi a cumplir el mandamiento de Cristo “darás de comer al hambriento” y a embutirlos en la mini habitación (a 10 € la noche) que les dieron al lado de la mía.

La mañana tocó Hamburg, con largo paseo, mayores abrimientos de boca por la admiración y la lluvia que no faltase, que esto es Alemania. A la tarde y dado que el Jueves no hay gran cosa que hacer ni ver fuimos a tomar un café que fue cambiado por unanimidad por una cerveza en el único cutre-pub que a la vista estaba. Y señores, había ver la cara que puso la concurrencia cuando nos vieron entrar y hablar español Al fondo se escuchó “esos se han perdido, seguro”… Sólo puedo decir que tras litro y medio de cerveza de la potente:

- La barman ya venía a escanciar la birra en los vasos.

- Una señora vino a abrazarse a Sergio y a desearle muy feliz Pascua (las maduritas, eh?)

- El barman bigotudo venía a darnos conversación.

- Pusieron el Aserejé en inglés (Jose pensó que había cámara oculta).

- Logramos salir por la puerta con las mismas bromas y risas con las que habíamos entrado.

Qué risa llevais, bribones.

Se nota que los españoles llevamos el cachondeo en el cuerpo y no se necesita más combustible que unos buenos amigos al lado. Aunque después de eso los ánimos cayeron un poco y decidimos volver a casa.

La mañana siguiente fue cosa igualmente de Hamburg, paseo por el puerto, la embajada americana (xD) y a casa a comer y descansar, que había que probar a qué sabe la noche Hamburguesa…

Estos chicos tuvieron el detalle (si, bueno, previsión más que detalle) de traer unas botellas de esas cosas ricas que bebemos en la noche y que aquí son casi imposibles de encontrar o bien son muy caras. Para eso de las 11 la cosa estaba de manera que a Sergio no le importaba que le hiciese una foto camino de la ducha con el culo al aire.

Principio de noche sin grandes aspavientos, quejas, quejas y más quejas por el precio de todo y la escueta variedad de cosas que llevarse al buche. También por la escasez de rubias y la música (eso último lo compartía claramente). Finalmente Dios recompensa a los pacientes y terminamos en un pub con buen repertorio musico-chicas-ambiental. Traca final cuando una moza generosamente dotada nos ofrece un pequeño espectáculo privado de flaneo de pechamen con el novio a 5 pasos de ella. Esto no es ni normal.

Tuve que llevarlos a casa a rastras o no nos levantaba por la mañana ni el sargento.

El último día pensamos en alquilar un coche para ir a Berlín o Bremen o donde el GPS que no pudimos comprar (los sábados no se abre NADA) nos llevase. En última instancia fuimos a Lübeck (recomendado 100%) donde paseamos, comimos y admiramos la buena vida de los señores que pasean en grandes coches con grandes rubias de copiloto.

El Dom y parte del río en Lübeck

Yo creí por un momento que el Báltico no andaría muy lejos de la ciudad, pero un amable autóctono que nos siguió medio camino pegando la oreja a ver qué hablábamos nos advirtió que quedaba a tomar viento y que la mejor zona para visitar era el centro. Como apunte dijo que la zona era peligrosilla por la noche y que yo tenía “una bonita cámara”… (El señor ese que enseña español a los guiris, por favor, sea menos cutre con las expresiones porque con eso le saca los colores al más pintado).

A la mañana siguiente había que levantarse temprano para ir al aeropuerto, de manera que la tarde terminó delante de unos latte macciato a la orilla de un río y haciendo planes de cuando volver…



Hasta que nos arrepentimos y volvimos a Hamburg a ver el DOM (una especie de feria que hay 4 veces al año) a montarnos en todos los cacharros, como los crios chicos.

En esto nos montamos, si!

Que despedirse con lo de los cafés quedaba muy bohemio, pero una mariconada hablando de una manera práctica xDD.


Panorámica del pequeño Alster.

Una señal de tráfico como la que ponen en los exámenes.

5 Comments:

Anonymous Anónimo caviló...

Yo estuve alli, xDDDD.

10:43 p. m.  
Anonymous Anónimo caviló...

Jejeje wapísimo el relato y las fotos, es bueno volver a saber de ti compañero!
Saludos ;)

8:17 a. m.  
Anonymous Anónimo caviló...

holaaaaaaa!!!
Por fin estoy de vacaciones...casi que todavia no me lo creo!jejeje!me voy unos diitas para la playa,q bien!!y tu q?que no te encuentro por el msn ni nada...ay q ver!!pues nada,pequeño,espero que este todo bien.
Un beso grande

9:33 p. m.  
Anonymous Anónimo caviló...

Menudas cervezotas de trigo ricas eh? son lo mejor. saludos

2:16 p. m.  
Blogger Asgard caviló...

Ay, Casas! Qué tiempos aquellos... Cuando uno era joven y atrevido. Y bebía cervezas como si el hígado fuera invulnerable...
Me alegro de que te haya gustado.
Saludos!

8:47 p. m.  

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