Bewegung
Los cambios siempre son duros, ya se sabe, los jefes tienen mucho que hacer, los compañeros lo mismo… Aunque te los encuentres el 25% del tiempo en la cafetería, y el otro 25% fuera, fumando. Ya sé que alguno dirá que yo también estoy allí, y es cierto. Pero es por falta real de tarea…
Lo que me llevó el lunes a tener una pequeña charla en privado con el jefe y ya se sabe, cuando no se tiene razón, pero tampoco se está equivocado, es tiempo de tocar los tambores de guerra. Milagrosamente a los dos días aparecieron trabajos hasta debajo de las piedras.
Y si el nuevo trabajo me mola, definitivamente.
Mi hermano se partiría de la risa si le dijera en qué consiste la tarea, pero estamos donde estamos y no es cuestión de estresarse. Se debe dejar tiempo a salir de marcha, irse a visitar a la gente, rascarse la barriga, ver películas, ir a la piscina… E irse al carnaval de Colonia, claro. Que muy afamado en el mundo mundial no será, pero la gente aquí lo tiene como lo más grande.
El viernes a mediodía voy para allá, Naïma hace de anfitriona sufridora para no sé cuanta gente y además vendrán voluntarios de la región a comer y de charanga después.
Ya tengo mi disfraz, según lo ridículo de las fotos, pondré alguna después. O no.
¿Recomendaciones?
P.D. El blog cada vez representa una fuente de nuevos conocidos más sorprendente… Saludos a Mariló, esa sufrida Erasmus andaluza en Hamburg. Ya contarás que tal por Praga.