jueves, febrero 23

Bewegung

Los cambios siempre son duros, ya se sabe, los jefes tienen mucho que hacer, los compañeros lo mismo… Aunque te los encuentres el 25% del tiempo en la cafetería, y el otro 25% fuera, fumando. Ya sé que alguno dirá que yo también estoy allí, y es cierto. Pero es por falta real de tarea…

Lo que me llevó el lunes a tener una pequeña charla en privado con el jefe y ya se sabe, cuando no se tiene razón, pero tampoco se está equivocado, es tiempo de tocar los tambores de guerra. Milagrosamente a los dos días aparecieron trabajos hasta debajo de las piedras.

Y si el nuevo trabajo me mola, definitivamente.

Mi hermano se partiría de la risa si le dijera en qué consiste la tarea, pero estamos donde estamos y no es cuestión de estresarse. Se debe dejar tiempo a salir de marcha, irse a visitar a la gente, rascarse la barriga, ver películas, ir a la piscina… E irse al carnaval de Colonia, claro. Que muy afamado en el mundo mundial no será, pero la gente aquí lo tiene como lo más grande.

El viernes a mediodía voy para allá, Naïma hace de anfitriona sufridora para no sé cuanta gente y además vendrán voluntarios de la región a comer y de charanga después.

Ya tengo mi disfraz, según lo ridículo de las fotos, pondré alguna después. O no.

¿Recomendaciones?

P.D. El blog cada vez representa una fuente de nuevos conocidos más sorprendente… Saludos a Mariló, esa sufrida Erasmus andaluza en Hamburg. Ya contarás que tal por Praga.

domingo, febrero 19

Vidas ajenas

Hacía tiempo que deseaba saber cómo tocar la gloria.
No una gloria estilo "Gran Fulano 8" u "Operación Truño", no. Si no la de querer encontrarte a tí mismo y a tu felicidad donde quiera que pueda estar. Y saborearla conscientemente.
Antipándose a mis deseos, Quetzal ha resumido brevemente su valor sus huevos a la hora de hacerlo.
Ahí queda eso. A ver si cunde el ejemplo.


"dejad que camine sólo, sin cometer pecado alguno, con muy pocos deseos... como los elefantes en el bosque" G.S. Innocence.