domingo, septiembre 25

Cómo hacer que todo vuelva del revés.

No hay manera, de nuevo he vuelto a quedarme sin viaje… Esta vez porque tenía que echar una mano a Siggi a montar todas las mesas y sillas para la puñetera barbacoa. Y además me he quedado sin los 10€ que me costaba.
El hombre me preguntó ayer si podría ayudarle a montar todo, que estaba solo para hacerlo y bueno, que si no tenia nada que hacer y no me importaba… La verdad es que SÍ me importaba y SÍ que tenía cosas que hacer, pero no sé por qué la lengua se negó a obedecer y solté un “sí, por supuesto”. Pa haberme matao.

También Maud ha cambiado el día de su fiesta al sábado, cosa que ha dejado a Lina sin poder ir porque su abuela tiene algún problema y tiene que ir al hospital con ella. Ventajas y desventajas de tener a la familia cerca, supongo.

Ah… Mirando en un foro de españoles por Alemania, encontré a una chica de Santander que lleva 8 meses viviendo en Hamburg, se llama Fátima y es bastante maja. Me llevó a un restaurante español llamado Picasso donde todos los trabajadores se entienden en un portuñol bastante divertido. Allí tomamos unas cervezas (con tapa!!) mientras hablábamos con Víctor, el dueño y los camareros. Es una isla de buen humor y de calor en medio de este cubito de hielo.
Cuando cerraron el restaurante conocí al resto del personal y de nuevo me causaron muy buena impresión, portugueses y un paraguayo estupendos todos. A pesar del tiempo que llevaban allí se negaban a aprender más alemán del estrictamente necesario, porque “para qué, nos entendemos o no nos entendemos?”. Era innegable, si veías la cara de felicidad de los guiris cuando salían de cenar un “tomate pepe” y un “melón con jamón” mientras los despedían con un “buenas noches, señores”… Cuanto peloteo, jejejeje.

En el tren de vuelta, mantuve una conversación reveladora (al menos para mí) con Carlos, un chico portugués de 32 años. Dice que Hamburgo es muy cosmopolita y tienes más vida social que en cualquier otra ciudad alemana, casi todos los días tienes algún evento social de relevancia, pero el problema es el carácter de quienes viven aquí, no es posible hacer amigos como nosotros entendemos. Y sobre todas las cosas, te sientes SOLO, no como cuando estás estudiando en otra ciudad y pasas meses sin ver a tus amigos o familia, pero que sabes que los tienes cerca, a un paso… Eres esa velita en medio de la oscuridad y creedme, desconsuela.
Carlos lleva 22 años viviendo aquí y seguro que lo dice por algo, jeje. Creo que le he cogido un aprecio especial, de esos que no se pueden explicar.

El lunes a mediodía me marcho 2 semanas a Königshorst (Wustrow) al seminario con otros 15 voluntarios de varios países. Según Siggi nos darán información sobre el país y alguna dinámica de grupo para trabajo con personas discapacitadas.
También indica que haremos una visita a Berlín de tres días. Si tuviera suerte, la haríamos el fin de semana de la Oktoberfest, pero con el cenizo que tengo, seguro que no.

Estaré todo ese tiempo desconectado de Internet, lástima.

Ahí va alguna foto de lo ocurrido el otro día.


Tama Warrior


Jule & Tama


Jule & Ewelina & Tama